Los miedos a veces nos llevan a sufrir de forma absurda acontecimientos que jamás llegan a suceder. Llevaba días temiendo que llegara la Noche Vieja, y la verdad es que lo pasé mal pensando en cómo podría sentirme ese día. Pero, para mi sorpresa, ha sido un día muy bueno en el que he disfrutado mucho de mi hijo y en el que nada de lo que temía sentir, he sentido. He de dar las gracias a mis padres, que como siempre han estado ahí, conmigo,y como no, con mi pequeño.La mente a veces nos traiciona, y no hay que tener miedo. En realidad, me fortaleció verme tan fuerte pasar un año tan duro, incluso, el haber cambiado el calendario me ha venido bien, es como si hubieda dicho " lo pasado, pasado está y ahora es otra cosa". Gracias 2008 por haber llegado ya, confío en tí.
Mil besos a todos y, por supuesto, FELIZ AÑO NUEVO