
Había una gran ventana justo en frente de mí, es lo primero que se me viene a la mente: con árboles, pinos, creo. Un día de mucho calor, como venía siendo habitual en los últimos dos meses, se pegaba a los cristales e intentaba entrar sin que nadie lo viese.
Gente, a mí alrededor, a mi lado, por delante, por detrás: un dispositivo maravilloso que llevaba horas protocolizando cada momento a la perfección.
Dolor, angustia en el estómago, ansiedad en el pecho. Y una sensación grata de arrancarme lo que era hasta ese momento sólo mío y que ahora tendría que compartir.
Me aferre a la imagen del paisaje en la ventana y recuerdo que pensaba “¡qué maravilloso lugar!” y me consolaba. Me esforzaba por impregnar esos momentos que sabía que serían únicos, con algo bucólico, incluso lírico que los hicieran más especiales. Ahora me parece increíble que otras emociones posteriores, posiblemente las mejores de mi vida, no hayan borrado los pinos de mis ojos.
Eras pequeñito, mucho más de lo que pude imaginar que serías, y bello, muy por encima de lo que hubiera soñado. Y mío, mucho más de lo que estaba preparada para que fueras. Pero la sensación era tan auténtica que creo que podría vivir toda la vida palpitando cuando la recuerdo.
Han pasado tres años y muchas cosas, pero espero que nunca se me olvide cada detalle de cómo fue el día que naciste…
FELICIDADES HIJO, TE QUIERO.
http://www.youtube.com/watch?v=Q8cTmbU0xVo
Gente, a mí alrededor, a mi lado, por delante, por detrás: un dispositivo maravilloso que llevaba horas protocolizando cada momento a la perfección.
Dolor, angustia en el estómago, ansiedad en el pecho. Y una sensación grata de arrancarme lo que era hasta ese momento sólo mío y que ahora tendría que compartir.
Me aferre a la imagen del paisaje en la ventana y recuerdo que pensaba “¡qué maravilloso lugar!” y me consolaba. Me esforzaba por impregnar esos momentos que sabía que serían únicos, con algo bucólico, incluso lírico que los hicieran más especiales. Ahora me parece increíble que otras emociones posteriores, posiblemente las mejores de mi vida, no hayan borrado los pinos de mis ojos.
Eras pequeñito, mucho más de lo que pude imaginar que serías, y bello, muy por encima de lo que hubiera soñado. Y mío, mucho más de lo que estaba preparada para que fueras. Pero la sensación era tan auténtica que creo que podría vivir toda la vida palpitando cuando la recuerdo.
Han pasado tres años y muchas cosas, pero espero que nunca se me olvide cada detalle de cómo fue el día que naciste…
FELICIDADES HIJO, TE QUIERO.
http://www.youtube.com/watch?v=Q8cTmbU0xVo