
Se me había olvidado que cuando tenemos miedo inventamos un monstruo. Que cada miedo tiene el suyo. Que hay algunos que creemos que sabemos o podemos echar y hay otros que no: que se quedan y conviven con nosotros en nuestro día a día…supongo que es la mejor opción…
Pero los mostruos también tienen sus miedos, también se ponen tristes y a veces tampoco quieren vivir con nosotros.
Hay varias opciones, pero lo más importante es la tolerancia y no ser tan exigentes: podemos tener miedo a cosas a las que incluso, ya no temíamos. Es echar al monstruo para que después regrese. Pero no hay que olvidar que los monstruos los creamos nosotros, y que el final de los cuentos puede depender de nuestra imaginación; hacer bueno al monstruo y llevarlo lo mejor posible. A veces se nos hace tan nuestros que nos cuesta separarnos de nuestros miedos...
Pero los mostruos también tienen sus miedos, también se ponen tristes y a veces tampoco quieren vivir con nosotros.
Hay varias opciones, pero lo más importante es la tolerancia y no ser tan exigentes: podemos tener miedo a cosas a las que incluso, ya no temíamos. Es echar al monstruo para que después regrese. Pero no hay que olvidar que los monstruos los creamos nosotros, y que el final de los cuentos puede depender de nuestra imaginación; hacer bueno al monstruo y llevarlo lo mejor posible. A veces se nos hace tan nuestros que nos cuesta separarnos de nuestros miedos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario