
La noche es ese momento del día en el que todo puede suceder. La noche, es ese espacio siniestro donde nuestros pensamientos se alejan de todo raciocinio y perdemos la cabeza.
El insomnio produce una alteración nerviosa en nosotros y nos abandonamos a los más absurdos razonamientos: enredando realidades con situaciones que rozan el subrealismo y que en horas de desvelo se nos muestran como posibles; nos envalentamos creyéndonos capaces casi de cualquier cosa y nos prometemos a nosotros mismos que por la mañana abarcaremos aquellas situaciones con los brazos abiertos afrontando miedos, inseguridades, retos…
En la noche llevamos al extremo pasiones, tensiones, situaciones rocambolescas : la oscuridad de las sábanas nos saca esa fuerza interior que controlamos por el día y la utilizamos sin cadenas para defender posturas que, incluso por la mañana, no defenderíamos nunca. Y el problema es que bajo la Luna son tan de verdad que nos dormimos como si hubiéramos resuelto nuestros enigmas.
Por la mañana cuando volvemos a los pensamientos nocturnos y a las soluciones que nos hemos planteado nos avergonzamos, nos acobardamos, y todo queda en un susto ridículo que jamás compartimos y menos sacamos a la luz de la realidad.
El insomnio produce una alteración nerviosa en nosotros y nos abandonamos a los más absurdos razonamientos: enredando realidades con situaciones que rozan el subrealismo y que en horas de desvelo se nos muestran como posibles; nos envalentamos creyéndonos capaces casi de cualquier cosa y nos prometemos a nosotros mismos que por la mañana abarcaremos aquellas situaciones con los brazos abiertos afrontando miedos, inseguridades, retos…
En la noche llevamos al extremo pasiones, tensiones, situaciones rocambolescas : la oscuridad de las sábanas nos saca esa fuerza interior que controlamos por el día y la utilizamos sin cadenas para defender posturas que, incluso por la mañana, no defenderíamos nunca. Y el problema es que bajo la Luna son tan de verdad que nos dormimos como si hubiéramos resuelto nuestros enigmas.
Por la mañana cuando volvemos a los pensamientos nocturnos y a las soluciones que nos hemos planteado nos avergonzamos, nos acobardamos, y todo queda en un susto ridículo que jamás compartimos y menos sacamos a la luz de la realidad.
A mí me pasa igual, la noche también me confunde
ResponderEliminarDinio ;-)
Jeje besos pricesita!
Porque tu eres un crapulilla,jijiji!!
ResponderEliminarBesos