Un Sol más grande que el de ninguna otra parte cubre el horizonte y deja la ciudad en una penumbra naranja parecida a la de una postal.
Hay luces y sombras y las gaviotas parecen que montan algarabías pagadas para que las fotos resulten de postín: hay que estar allí para creérselo.
El aroma a curry, pimienta, canela y frutos secos está por todas partes, aliña las mazorcas mordisqueadas en cualquier esquina.
Cabellos mojados y ese olor a jabón inconfundible para algunas narices cruzan los pasos de peatones pesándole las piernas y limpiando cualquier resto de calor…
Ellas tapadas, enjutas, tímidas y asustadas.
Ellos morenos, descarados, impredecibles y hospitalarios.
Y esas torres por las que se escuchan sus cantos: al atardecer estremece…
Quiero volver.
Hay luces y sombras y las gaviotas parecen que montan algarabías pagadas para que las fotos resulten de postín: hay que estar allí para creérselo.
El aroma a curry, pimienta, canela y frutos secos está por todas partes, aliña las mazorcas mordisqueadas en cualquier esquina.
Cabellos mojados y ese olor a jabón inconfundible para algunas narices cruzan los pasos de peatones pesándole las piernas y limpiando cualquier resto de calor…
Ellas tapadas, enjutas, tímidas y asustadas.
Ellos morenos, descarados, impredecibles y hospitalarios.
Y esas torres por las que se escuchan sus cantos: al atardecer estremece…
Quiero volver.
Yo también quiero volver allí, con vosotras :-) GRACIAS ( por muchas cosas y por el post también)
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