
Como una granada que se abre al Sol y deja que le brillen los granos: rojos, dulces, frescos, refrescantes…Con la coronita dura y picuda; con la piel tersa, rosada y con esa belleza exótica en su interior: una hucha que esconde un gran tesoro…
Y amarrados a su carne cada diminuto rubí, haciendo un cerebro conexo por los hilos amarillos.
Y su sangre pegajosa y limpia, que mancha todo lo que resbala. Es la sangre de cada pieza, y al sangrar una se descubre la siguiente.
Y ese dulzor que se pega al paladar y chirrían piedrecitas entre los dientes…
Así, como una granada, son mis ilusiones., y quiso la Luna abrirla en dos.
Otra luna vendrá, que a ti te ilusionará.
ResponderEliminarY tu abeja polinizará,la flor de ese granado, que tus ilusiones colgadas ha dejado.
La primavera regresa año tras año,y el campo florece una y otra vez.
Que sabrá la luna de bajarse a la arcilla. Que sabrá la luna del barro que se cuece, a fuego lento y rápido, entre las sábanas.
ResponderEliminarQue sabrá, si solo sabe de filos y de puñales.
Que sabrá de esas manos de arcilla, que saben amasar y calentar, abrigar y dar cuerpo, dureza al barro.
A veces, las piezas más bonitas del alfarero son esas que se quedaron sin nombre, sin estante, pero con su pedazo de corazón.