Ese instante en el que conecto lo que te pienso y te imagino, con lo que veo en la realidad de tenerte delante. Una realidad que dura siempre mucho menos de lo que soñamos en las horas interminables al otro lado del cristal: el que nos hace de cómplice, nos confronta, nos separa y nos une al mismo tiempo; como un espía inerte que no opina pero que sabemos que necesitamos y que estará siempre…
Ese instante en el que busco tus ojos entre la gente: la ilusión de saberlos cerca, de vivirlos para mí: buscando los míos… e imagino una sonrisa bajo las mascarilla y unos labios deseando besarme.
Ese instante en que me recuerdo a mi misma que hemos de vivir deprisa e intensamente lo que nos viene; de que he de saborear cada segundo porque me servirá luego de alimento cuando te marches: como un rumiante que acumula a un lado para tener luego qué echarse a la boca y masticarlo despacio.
Ese instante en que se me agolpan mil conversaciones escritas y cientos de corazones de colores; otras tantas llamadas y horas y horas de sólo mirarnos sin poder tocar. Y entonces me rindo a la emoción de quererlo todo, deprisa, sin pausa.
Ese instante, del que te hablo a veces… es ese instante…
https://youtu.be/CP1FgGrvJHc